A partir de las recomendaciones emanadas por la OMS en la Declaración de Río de Janeiro (2008) y la Estrategia Mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud; se conformó la Comisión Nacional para la Reducción de Grasas Trans, integrada por los Ministerios de Salud, y de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, junto con el Ministerio de Desarrollo Social, las Cámaras de la industria de alimentos y bebidas y otros organismos como Universidades y ONGs.
Como resultado del trabajo de la Comisión intersectorial se lanzó la iniciativa “Argentina 2014 Libre de Grasas Trans”, destinada a reducir el consumo de estas grasas a través de diferentes vías.
Por un lado, se trabajó en un proyecto de modificación al C.A.A., que finalmente fue incorporado por Resolución Conjunta SPReI 137/2010 y SAGyP 941/2010 el 16 de diciembre de 2010, fecha de su publicación en el Boletín Oficial. Esta establece el límite máximos de contenido de grasas trans en los alimentos.
Para facilitar la implementación de la reforma al Código, la iniciativa prevé la comunicación a los consumidores sobre el efecto negativo que representa el consumo de grasas trans para nuestra salud; como también a la industria para proporcionar información y herramientas que faciliten el cumplimiento de la normativa y así mejorar la calidad de todos los productos.
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La enfermedad cardiovascular es una de las principales causas de enfermedad y muerte a nivel mundial, presentando altos costos relacionados con la atención médica y enormes pérdidas de productividad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el reporte técnico, referido a "Dieta, Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas" del año 2003, establece que enfocar la salud pública hacia la prevención primaria es considerado el curso de acción de menor costo y mayor efectividad, alcanzable y sostenible para lidiar con la epidemia mundial de enfermedades crónicas no transmisibles, sin dejar de lado el tratamiento médico apropiado para aquellos individuos ya afectados.
A su vez, la misma Organización en el documento "Estrategia Mundial de Alimentación Saludable y Vida Activa", aprobado en el año 2004 por los países miembros, destaca el rol de la alimentación inadecuada y la escasa actividad física en el desarrollo de la epidemia de las enfermedades crónicas no transmisibles, y recomienda a los gobiernos implementar políticas para promover la adopción de hábitos saludables a nivel poblacional.
Por añadidura, el riesgo de padecer enfermedades crónicas se incrementó acompañado de un cambio en las conductas alimentarias de la población, y la incorporación de más alimentos procesados ricos en grasas, azúcares o con alto contenido de ácidos grasos trans (AGT) de origen industrial. En este sentido, cuando se trata de dichos padecimientos, la alimentación es uno de los principales determinantes posibles de modificar. Hay suficiente evidencia científica para sostener que las alteraciones en la dieta tienen fuertes efectos positivos y negativos en la salud, a lo largo de la vida. Al respecto, la eliminación de los ácidos grasos trans de los alimentos es una manera económica y factible de proteger la salud y prevenir dichas enfermedades.
Los ácidos grasos trans de producción industrial, conocidos generalmente como grasas trans, han sido definidos por la Comisión Mixta FAO/OMS del Codex Alimentarius como "ácidos grasos insaturados que contienen uno o varios enlaces dobles aislados (no conjugados) en una configuración trans". Se forman durante la hidrogenación parcial de aceites vegetales líquidos para formar grasas semisólidas que se emplean en muchos alimentos procesados.